viernes, 21 de enero de 2011

De cuando pasa a ser monotonía

Igual hoy sea que estoy espeso o igual que tengo ganas de escribir y este es un tema que me toca la fibra, hablemos de cuando las cosas se convierten en monotonía, digo las cosas por utilizar una palabra comodín, pero principalmente voy a hablar del amor, y no del amor como aquella fuente creadora que un amigo me decía que era el origen del mundo (según su filosofía), tampoco del amor de una noche ni del amor que tiene una madre a su hijo, sino del amor de pareja, de la reciprocidad, de las medias naranjas, de los medios pomelos y de los tangas lilas de debajo de las medias.

Hablamos de medias naranjas cuando nos referimos a la parte que supuestamente es aquella cuyos gajos son la mitad que los nuestros, que comparten un corazón lleno de fibras blancas que son como las fibras del mío y tienen a su alrededor un caparazón que si lo utilizas como arma de defensa presionándolo contra un ojo, te puede causar una sobreestimulación del nervio oftálmico y por tanto un momento de visión estelar (al igual que cuando te proporcionan, o autoproporcionas un golpe de una magnitud considerable).

Lo del caparazón es mejor irlo limando desde el primer día y tener claro que no es fácil pelarlo ni que te lo pelen, que lleva su tiempo. Poco a poco, y tras superar esa bonita cáscara reluciente de una naranja de valencia cultivada de una forma artesanal en una anegada de un huerto de un pueblo de lo más tradicional, llegarás a otra capa que, aunque menos fibrosa, también es un poco desagradable al gusto, se queda entre las muelas y, para disfrutar realmente del jugo de la naranja, tendrás que retirarla, porque si no te camufla el buen sabor que te estás perdiendo dejándola ahí. Esa fibra podrían ser los miedos, los miedos al más y al menos, los miedos qué vendrá después, ya que lo superado (aunque ha sido duro) ya es pasado.

Ya hemos superado la corteza, la subcorteza y estamos adentrándonos en este dulce jugo, empezamos a paladearlo, tiene un sabor delicioso, es apetecible, solo con el olor nos aturde y cuando un día decidimos probarlo... nos parece lo más maravilloso del mundo. Seguimos explotándolo día a día, una vez llegado a este punto tenemos que probar qué tal compenetrarán (y sin el com) el gajo de una naranja en la otra, nos damos cuenta de que a veces resulta que he pelado la naranja equivocada, eso está bien, si has sido hábil observándolo, dejas de comer y te vas a otra anegada a buscar otro naranjo que sea del que tú saliste y así tenga la media naranja que tu buscas para formar ese complemento.

Si resulta que encajáis genial, pues perfecto, continúa hacia adelante, pero cuidado y aquella media naranja que has encontrado...

No vaya a ser un medio pomelo, porque este, siendo muy similar a la naranja tiene la mala costumbre de ir por ahí uníendose a quien no le corresponde y mezclando su acidísimo jugo con el dulce de la naranja.
El pomelo porque sea tan rojo por dentro no indica que tenga un gran corazón, hay que tener cuidado con los engaños, piensa que igual solo es una sábana que se ha puesto por encima.

Si te das cuenta, aunque lo hagas tarde, de que lo que está a tu lado es un medio pomelo, mejor desechaló y busca una naranja de verdad, que no te venda, que no te use, que te cuide y se preocupe por ti, que sea tu amiga, compañera, y aquella media naranja que se una contigo de una forma tan complementaria que no la separe nadie.

Ahora entramos al tema de que no lo separe nadie. Eso de que no lo separe nadie... siempre hay alguien o algo que hace que el amor... à plus, c'est fini, à bientôt, à revoire! Bien porque alguien se mete en medio (bueno, más que bien, mal), o bien porque, de tanto comer de la pulpa de tu media naranja has llegado a las fibras blancas centrales que, de nuevo, vuelven a ser insípidas como las que cubren la pulpa por fuera y entonces te darás cuenta de que si no queda pulpa... ¿de dónde sacas el jugo para vivir?
Hay quien se conforma con dejar a la naranja secarse, con ir al parque y que el hecho más relevante del día sea contar a tu reseca media naranja que unos niños te tiraron un balón mientras jugaban al fútbol y dieron 3 metros al lado de donde estabas sentado, "¡qué suplicio!, a mí casi me da un infarto".

Y pasamos de las medias naranjas a los tangas lilas, sí, aquellos tangas monísimos que se usan hasta los 35 años, luego ya se reemplazan pro las bragas-faja y terminan convirtiénse en una especie de sábana al estilo romano pero solo para tapar lo que viene siendo... bueno, más bien aquello que entonces fue.

Mientras comes de la pulpa (más te vale no hacerlo mientras comes de la corteza o retiras las fibras porque será un desastre si lo que buscas de verdad es disfrutar del dulce sabor de la pulpa) puedes permitirte retirar el tanga y disfrutar todo lo que te de la gana (o lo que te dejen o tengáis acordado como recompensa según te portes durante la semana) ya que cuando aparecen las bragas-faja... se acabó lo que se daba, esto me recuerda a aquella escena de La cosa más dulce en la que dicen "No, no puede caber aquí". Pues una vez instaurada esta medida de protección anti barrigas no hay manera de caber allí por más que lo intentes... Y bueno, cuando aparece la braga romana... entre que el señor del sombrero no aguanta erecto ya a cierta edad más de 5 minutos (y hay que ir con el brasero debajo cuando se consigue erectar para que no se atreva a bajarse por miedo al calor) y que desenredar aquel enmarañado de sábana nos lleva unos 10 minutos por la movilidad reducida provocada por la artrosis presente en un 80% de las articulaciones... no merece la pena ni intentarlo. Esperemos que a estas alturas todavía quede pulpa, porque si además de haber bragas romanas y penes flácidos lo que quedan son las fibras del medio... vaya diversión de vida.

Yo usaría tanga lila mientras pudiese y comería de la pulpa mientras hubiese, luego, si no hay nada mejor que hacer, cambio de fruta. ¿O acaso creeis que la pulpa no se acaba nunca y las bragas romanas son un mito?

Demos gracias a los tangas lilas que llevan las chicas que trabajan en los balnearios donde nos lleva el inserso de viaje, mi abuelo cada vez que va luego quiere repetir, será jodio...

Gus.

1 comentario:

  1. Es algo ácida y corrosiva esta entrada... tal vez como ese pomelo del que hablas

    muy buenas metáforas y comparaciones ;) aunque una entrada muy (¿cómo decirlo?) real y cruda

    un beso! y deja de estudiar pares craneales que luego tienes -cito- un momento de visión estelar xD
    pd: ayer escuché la canción survivor de las destiny's child y escribí una frase en el tablón de mi tuenti porque...joder! parece q la hubiera escrito yo xD si la escuchas, después de hacerlo busca una traducción y te darás cuenta de ello.

    Muakis varios!

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