y las metas, y dividir estas en minimetas e irlas consiguiendo poco a poco una a una. Me gusta trabajar para llegar a mi objetivo, me gusta que las cosas me cueste conseguirlas, porque luego las saboreo más, me enriquecen mucho más, las aprecio más.
Me gusta levantarme y decir que hoy va a ser un buen día, que me levantaré y me daré una ducha que me sabrá a gloria, que llegaré a tiempo al bus y al tren, que me enteraré de las cosas en la uni, que las prácticas serán amenas y que recibiré muchos abrazos de amigos. También me gusta acabar el día con una cena ligera y una conversación por chat con mis amigos que están lejos, son cosas que me gustan. Esas minimetas me las planteo a lo largo del día, cuando me levanto la primera, cuando la cumplo la siguiente... poco a poco las voy consiguiendo todas, como aquel que se convierte por un momento en SuperMario y es capaz de cazar todas las monedas en la plataforma. Hay días que consigo incluso meterme por tubos (¿Quién no ha jugado al super Mario?) y llego a mi meta final hasta con atajos. Otras veces en lugar de tubos me agarro a una enredadera y me voy por las nubes, me evado de la realidad, soy feliz y luego bajo y llego de nuevo, sano y salvo, a la meta. Otros son los días en los que consigo mis minimetas una por una, sin saltarme ni un paso, y llego a la meta final sin problema alguno.
También es verdad que, aunque haya metas, siempre aparecen setas y tortugas que intentan que no las consigamos: Los problemas. Pero sabéis que a mí me gustan los retos, ya lo digo en el título, y cada problema supone un reto, y cada reto, el planteamiento de una minimeta (que es ser capaz de resolver el problema). Como véis al final el día está compuesto de minimetas y es como la primera plataforma del SuperMario. Normalmente intento evitar las setas, pero si no me queda más... algunas veces, me obligan a pisarlas. Mira que me fastidia, pero es que algunos problemas merecen ser cortados de raíz y no solo esquivados.
Me encanta, y creo que es lo mejor de todo, meterme en la cama y ver lo genial que me ha salido el día, darme cuenta de cuantas minimetas tienen un tick verde al lado y cuantas un aspa roja. Me gusta cuando mi libreta mental se colorea de un verde prado y no hay sangre de por medio. Me gusta irme a la cama con el buen sabor de boca de haber saltado al mástil de la bandera y haber conseguido la máxima puntuación.
Gus.
me ha parecido sumamente original tu punto de vista ;)
ResponderEliminarme alegro de que día a día consigas tus minimetas y consigas alcanzar tu propia bandera diaria :D
a mí también me gustan los retos.
Dios, escribes genial!
ResponderEliminarDa gusto ver blogs como el tuyo :)
Me gusta tu post, Gus. Es altamente positivo, lleno de fuerza y realidades.
ResponderEliminarUn abrazo con el deseo de que tu agenda mental sea cada día del color verde que deseas
Rorry