miércoles, 13 de abril de 2011

¿Nos da miedo decir la verdad?

Hago esta pregunta con intención, hago esta pregunta porque si nos da miedo decir la verdad pues me siento realmente preocupado.

Decir la verdad implica expresar tanto datos objetivos con total verosimilitud como sentimientos tal y como de verdad se encuentran en nuestro interior.

Entiendo que expresar datos objetivos, por ejemplo hechos pasados pues nos de un poco de miedo. A mí por ejemplo me daba miedo decirle a mi madre que sí, que había sido yo el que se había comido toda la caja de donetes, porque temía que me castigase sin cena, sin más donetes en otra ocasión o sin no sé qué otras cosas que las madres se inventan para castigarnos.

Pero si hay algo que yo creo que nunca entenderé es ese miedo a expresar la verdad de nuestros sentimientos. No nos da miedo que la sociedad nos vea en bañador, no nos da miedo que la sociedad nos vea el culo, pero si nos da miedo que la sociedad sepa de quién estoy enamorado, y más aún que lo sepa esa persona. ¿Por qué nos da miedo desnudarnos sentimentalmente?

Supongo que hay situaciones muy complicadas en las que expresar lo que de verdad se siente es realmente complicado, ya no solo hablo de amor, hablo de por ejemplo una situación en la que tu sabes que un amigo lo está haciendo realmente mal, está llevando su vida por unos caminos en los que tu no quieres que continúe pero lo ves tremendamente ilusionado, tremendamente feliz, y te da miedo a decirle que ese camino no es bueno para él, que a largo plazo le traerá malas consecuencias, miedo porque sabes que si le va bien terminará enfadándose contigo e igual esto te lleva a tener un tiempo en discordia con él que a veces puede durar ya para siempre. En este caso te interesa mentir, tanto a tu amigo como a ti mismo, y así al menos no romper la relación con tu amigo. Aquí se podría entender el miedo, pero realmente no es el mejor camino el de la mentira; Si gracias a que hablas con tu amigo le haces abrir los ojos y se da cuenta de lo que está haciendo: (1) Si lo observa inmediatamente vendrá a agradecértelo y (2) si lo observa en un tiempo, cuando se haya dado la ostia, volverá hacia ti, aunque hayas discutido con él, volverá y te agradecerá que al menos lo has intentado.

Hablo ahora sí del miedo que nos da expresar los sentimientos de principios de enamoramiento y de amor sincero. Seguro que os habéis encontrado en la situación de que conoces a una persona nueva, hablas con ella y poco a poco te va enganchando, te embriagas con sus palabras, cada vez que quedas con ella no te acuerdas de lo que has hablado, pero te acuerdas de como brillaban sus ojos, de lo negro de sus pupilas, del brillo de su piel y del olor de su pelo cuando la saludaste con dos besos, del olor de su perfume y de su desodorante, y eres capaz de recordarlo durante horas y horas, e incluso días. Cuando llegas a esta situación de sonreír tontamente por cada una de sus palabras, de pelearte cada dos por tres por la más mínima tontería, comienzas a plantearte si será que esa persona con la que quieres compartir tu tiempo.
Después de meditar una vez y otra y otra vez más planteas todas las hipótesis:
- ¿Le gustaré yo?
- ¿Le gustará otra persona?
- ¿Tengo alguna posibilidad?
y seguramente comenzarás a ver todas las pegas del mundo:
- Seguro que solo me quiere como un amigo.
- Una persona tan perfecta como va a ser mía, seguro que es para cualquier otro mejor que yo.
- No tengo ninguna posibilidad de entrar en su vida, con lo imperfecto y feo que soy.

Después de todas estas disquisiciones, que no hacen más que reprimir sentimientos, llegamos a la toma de una decisión dicotómica:
- Se lo digo con todas las consecuencias, al fin y al cabo es lo que siento y me quedará tranquilo y relajado cuando lo haga. No puedo vivir toda mi vida con el miedo a saber qué es lo que esa persona siente por mí o qué habría pasado si yo me hubiera lanzado. No puedo estar toda mi vida pensando en cómo sería mi vida en ese momento si la tuviera a mi lado.
- No se lo digo, mejor no y espero, tanto tiempo como sea necesario, seguro que si espero y la otra persona siente algo termina diciéndomelo, si no me dice nada pues será que conmigo solo quiere una amistad y nada más, me aguantaré, no se puede hacer nada si la otra persona no quiere nada conmigo, no todo puede ser perfecto.

En la toma de esta decisión está la clave para que una relación prospere o se quede en un compartimento estancada como una fotografía en una cubeta de líquido revelador. De esto depende que la relación con esta persona la guardes en tu corazón como una nítida fotografía bien enfocada o como una instantánea borrosa que guarda la duda de qué será lo que realmente había detrás de la historia.
Con esto os quiero animar a que déis el paso de declarar los sentimientos sin miedo, no hay nada que perder por ser sincero, de hecho se es muchísimo más feliz, se vive mejor siendo sincero porque no se tienen dudas de qué habría pasado o a ver cómo lo digo para que parezca que no estoy mintiendo.

Os animo aún más a todos aquellos que llevéis mucho tiempo esperando para sinceraros, que llevéis mucho tiempo pillados de esa otra persona, que lo hagáis de una vez, que manifestéis abiertamente vuestros sentimientos y no tengáis miedo ni al qué dirán ni a qué pasará. Ser sincero no trae grandes problemas, puede traerlos en un primer momento porque la sinceridad (como no estamos acostumbrados a ella por desgracia) nos abrume, pero al final todo será mejor porque nadie puede ser "juzgado" ni "castigado" por ser sincero, en cambio sí por ser tanto mentiroso (al fin y al cabo reprimirse es una forma de mentirse a sigo mismo) como omisor.









Aquí os dejo la reflexión y el camino abierto

.Gs.

2 comentarios:

  1. Tu texto me ha empujado a decir la verdad, solo hay una cuestión la verdad que yo oculto es mas fuerte que yo mismo y esto hara que cuando la desate muchos se alejen de mi, es como si mi mundo incluso yo mismo fuese una mentira, pero te agradezco por este texto...

    ResponderEliminar
  2. Querido anónimo, en primer lugar gracias por la visita al blog, que lo tengo bastante abandonado y gente como tú me anima a recordar que esto también forma parte de mi vida, y que con estas pequeñas reflexiones puedo ayudar a algunas personas.

    Espero que me cuentes cómo se ha resuelto todo, seguro que tendrá sus consecuencias fatales, como todo paso que se asume en esta vida para avanzar, pero piensa en el medio y en el largo plazo, seguro que ahí es la felicidad la que te abraza, y la sensación de fidelidad y sinceridad plena hacia tus sentimientos y hacia tu identidad.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

¿Tu también eres inocente?